Los balcones, terrazas y alféizares de ventanas ofrecen un soporte físico para micro refugios de vida, y pueden generar una red de conectividad ecológica para aves e insectos.
Representan,
además, una oportunidad para la participación de la ciudadanía en el objetivo
de naturalizar la villa. No es necesario tener una casa con jardín, y la suma
de pequeñas iniciativas en estos espacios puede aportar considerables
beneficios a la biodiversidad urbana.
Simplemente
reverdecer con contenedores de plantas estos espacios ya es una medida
interesante. El uso de plantas aromáticas y otras ricas en néctar puede
contribuir a la conservación de las poblaciones de insectos polinizadores.
Igualmente,
colocar un comedero ayudará a las aves en invierno, o incluso se pueden
instalar hoteles para insectos, o cajas-nido para algunas especies de aves.
A la
hora de elegir qué especies vegetales plantar, además de las consideraciones
estéticas, es importante conocer las condiciones de soleamiento de la fachada y
optar por especies florales y aromáticas que atraigan a insectos polinizadores.
En el
taller “Balcones verdes, cómo dar vida a
tu balcón” encontraremos buenas pistas para todo ello.