Antiguamente, la campa de San Roque se situaba en la ladera que iba desde el Ojillo hasta el Alto de San Roque, donde se ubicaba la ermita junto a un encinar. A comienzos del siglo XX, en 1910, se construyó una nueva ermita en la campa de San Roque. Era una campa arbolada, donde pasar un rato agradable, reunirse, o celebrar las romerías.
En 1945 parte de esa campa se utilizó para ubicar el campo de deportes, y desapareció la ermita. Bajo los árboles que quedaron en pie se hizo una bolera.
En 2007 se inaugura la plaza actual. Es una plaza
dura, en la que encontramos numerosos aspectos a mejorar:
- El exceso de cemento y la ausencia de vegetación.
- El revestimiento gris, que aumenta el efecto de isla de calor.
- El protagonismo del aparcamiento, que condiciona el diseño de la plaza.
- La continua generación de problemas: filtración de agua, rotura y
desprendimiento de plaquetas…
Es, en definitiva, un espacio hostil, incluso
peligroso en ciertas situaciones. Por todo ello, surge el proyecto “Naturalizar
la plaza de San Roque”, que pretende, a través de un proceso de participación y
sensibilización, transformar la plaza, para convertirla en un espacio más verde
y amable que el actual, más acorde con sus orígenes.
Sabemos que se puede hacer. Así nos lo muestran las
numerosas propuestas y experiencias recibidas. Algunas cercanas, como las
azoteas verdes existentes en Portugalete o Bilbao, los jardines situados sobre
aparcamientos, como los que encontramos en Santurtzi, Megapark Barakaldo o
Castro Urdiales. Otras lejanas geográficamente, pero cercanas en la filosofía
que las impulsa, como el movimiento Depave (despavimentar) en Portland (Estados Unidos) o
los corredores y muros verdes de Medellín (Colombia).
La primera fase del proyecto se cerrará con una
Fiesta que realizaremos el sábado 5 de octubre (12:00-14:00) en la propia plaza,
a la que se han sumado numerosos grupos y asociaciones de Portugalete, y que servirá
para dar mayor visibilidad al proyecto e intercambiar ideas sobre su
desarrollo.
¡Os esperamos!