Tal como comentábamos en una entrada anterior, numerosos estudios e investigaciones han puesto de manifiesto la importancia de las zonas verdes urbanas en la promoción de la calidad de vida y el bienestar de la ciudadanía. En el caso de Portugalete este papel resulta crucial si tenemos en cuenta la gran densidad poblacional que presenta la Villa.
Por lo tanto, el incremento de las zonas verdes debe ser uno de los objetivos de la gestión municipal. Una de las objeciones que suelen mencionarse a la hora de ponerlo en práctica es la “ausencia” de terrenos que puedan dedicarse a este fin.
Sin
embargo, la administración local tiene vías para conseguirlos. Una podría ser
la adquisición de terrenos (actualmente, por ejemplo, en la zona de Pando,
junto al polideportivo, hay unos terrenos a la venta). Pero hay otras vías que
son mejores y más eficaces. La más importante, quizá, una correcta
planificación.
El Plan
General de Ordenación Urbana (PGOU) organiza y clasifica el suelo urbano en
diferentes categorías: espacio residencial, industria y servicios, suelo
urbanizable, suelo no urbanizable, sistemas generales y zonas verdes y red
viaria.
EL PGOU de Portugalete fue aprobado definitivamente en
diciembre de 2010, aunque se han hecho posteriormente algunas modificaciones
puntuales. Han pasado ya unos años, pero, además, en estos años han pasado
cosas que nos deberían hacer cambiar de perspectiva: la pandemia nos mostró que
necesitamos más espacios libres y verdes; el cambio climático cada vez es más
evidente y la urgencia de actuar cada vez es mayor; la pérdida de biodiversidad
ha alcanzado cotas alarmantes… Por otra parte, las soluciones basadas en la
naturaleza se han mostrado como una estrategia eficaz en muchas ciudades…
Por todo ello, ha llegado el momento de abordar un
planeamiento saludable y sostenible, que dé respuesta a las necesidades de la
población jarrillera y fomente el verde urbano.