Estos lugares contribuyen al conocido efecto de “isla de calor”,
el fenómeno por el que la temperatura en las ciudades, respecto a un área rural
considerada dentro de un radio de diez kilómetros, es significativamente mayor
a lo largo del año.
El cambio climático es una realidad, y los episodios extremos de
calor son cada vez más frecuentes. Ante esta evidencia, numerosas personas
expertas han manifestado la necesidad de introducir elementos naturales en
estas plazas. Sirvan como ejemplo dos declaraciones recientes:
“Ya no es admisible
hacer una plaza sin árboles, porque cada vez hay más días en los que la gente
se achicharra.”
José Tesán, Decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y
Puertos del País Vasco
Eleni
Myrivili, Directora general de calor de ONU-Habitat
Las plazas duras suponen, en definitiva, una pérdida de bienestar
para la población, por lo que deben ser adaptadas a las necesidades de la gente
que las utiliza. La introducción de vegetación juega un papel esencial debido a
los beneficios que aporta, tal como han mostrado numerosas investigaciones. En
ocasiones se argumenta que existen problemas “técnicos” (como las estructuras
subterráneas) que imposibilitan esa naturalización. Sin embargo, cada vez hay
más experiencias que demuestran que esas dificultades son superables, y que las
soluciones basadas en la naturaleza son una opción acertada.
La Plaza de San roque, por ejemplo, no es la única plaza dura de
Portugalete, pero teniendo en cuenta su centralidad y su carácter simbólico, resulta
prioritaria su adaptación. No debemos olvidar que en este lugar se situaban las
“campas de San Roque”, lo que hace más doloroso el proceso que ha conducido a
la actual situación, en la que encontramos numerosos aspectos a mejorar: la ausencia
de vegetación, el pavimento impermeable (que no drena el agua de lluvia), el revestimiento
gris (que aumenta el efecto de isla de calor), los rincones ciegos que pueden
dar lugar a situaciones indeseables, etc.
Es necesaria la naturalización de las plazas duras de Portugalete,
empezando por la Plaza de San Roque.